VIVA EL REY AUNQUE PIERDA
Cinco hermosos caballos blancos, sobre los que no importaría saltar setos con más destreza que la niña de los ojos de Rhett Butler, iban abriendo un sendero entre la muchedumbre ufana que colapsaba los accesos a la plaza de Las Ventas. Dos chiquillas se elevaban sobre el humo de los puros y repartían coquetamente flyers del fabuloso Las Vegas Bingo. Pues bien: también las apartó la Policía Montada.